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Apagar o reiniciar el móvil, por tan solo unos minutos al día, tiene importantes implicaciones tanto a nivel de rendimiento como en lo respectivo a la seguridad. Los propios fabricantes recomiendan esta práctica de forma regular para prevenir congelaciones y ralentizaciones. Y, no, la gama alta no está libre de los posibles problemas que puede ocasionar no apagar nunca el teléfono.

Hablemos de rendimiento. Aunque sigue habiendo teléfonos que se lanzan al mercado con 4 GB de RAM, los 6 GB son el nuevo estándar en gama media. En el caso de gama alta, lo habitual es 8 GB, con 12 GB como norma en las configuraciones más ambiciosas. Android ya no es el sistema ineficiente que era hace unos años con la RAM, pero sigue siendo una plataforma que requiere bastantes recursos.

Aunque, de forma automática, el sistema cierra y abre procesos para gestionar la RAM de la forma más eficiente, esta decisión no recae tan solo sobre Google y el código de AOSP: los fabricantes son responsables de cómo se gestiona la RAM en su capa de personalización.

En ocasiones, hay procesos que no se cierran del todo, generando residuos en la RAM que pueden ocasionar problemas de rendimiento. Reiniciar el teléfono es una puerta a utilizar nuestro teléfono con una menor carga de trabajo.

Sí, los procesos se siguen quedando congelados. Android es un sistema de procesos en segundo plano. Servicios de Google, marcos de servicios de las propias apps, conexiones en segundo plano. Sobre todo si tenemos versiones antiguas del sistema, es más que probable que tengamos algún drenaje de batería de vez en cuando, incluso cuando hayamos cerrado las apps desde la multitarea.

Realizar este proceso no elimina los procesos al 100%, siendo el reinicio la solución más eficaz en estos casos. En el caso de la época veraniega, será fácil notar si tenemos congelado algún proceso: el teléfono estará bastante caliente en reposo, sin que hagamos nada con él.

Implicaciones en seguridad: la propia NSA estadounidense recomienda reiniciar el teléfono, al menos, una vez al mes. ¿El motivo? La seguridad. El argumento no tiene un peso

Reiniciar regularmente los teléfonos no detendrá al ejército de ciberdelincuentes o empresas de espionaje de contratación que han secado el caos y la duda sobre la capacidad de mantener cualquier información segura y privada en nuestras vidas digitales. Pero puede hacer que incluso los hackers más sofisticados trabajen más duro para mantener el acceso y robar datos de un teléfono. Angus King, Comité de Inteligencia del Senado Estadounidense.

Reiniciar el teléfono no es una solución mágica de cara a enfrentarse al malware, pero sí es un pequeño obstáculo que puede hacer que nuestro dispositivo deje de ser su objetivo de preferencia.